S.A. V

    Bueno, las cosas no parecen ser tan rápidas como me temía.

    S.A. todavía no se ha largado y he empezado a relajarme porque me jodía que se fuera.

    Eso me ha permitido darme cuenta de lo a gusto que estoy con él, hasta cuando se mete conmigo. 

    Tengo la sensación de que no se dio cuenta que mi anterior post era frío por querer decirle que no pasaba nada, que seguiríamos en contacto.

    Otro de mis amigos me está dando la barrila y demostrándome lo poco que trasmito a la hora de dejar claras las cosas… Seguir leyendo

S.A. IV

    Sí, sigo pensando que te molo.

    Sí, sigo creyendo que eres un cobardica.

    Sí, todo tú es una actuación y un teatro.

    Aunque puede que sólo te lo diga por joder que me hace mucha gracia la cara que pones. 😉

    Es curioso cómo cambian las cosas, antes me ponías un montón, ahora me entero que no te voy a ver en mucho tiempo y te deseo lo mejor del mundo… Ciao. Seguir leyendo

S.A. III

    El otro que dice dignamente que no va a ocurrir nada entre nosotros… Deberías disfrutar menos cuando te toco, cuando me quedo contigo y cuando no sabes si lo que te digo es en serio o no. Entiendo que resulte fácil ser mi amigo, pero no deberías ponerte celoso (aunque disimulas bien, te lo noto). Si sigo viendo que no te arriesgas, dejarás de interesarme. Entonces todo tu esfuerzo por controlarte no te habrá servido de nada. Lánzate al río y confiésate conmigo, ya sabes que puedo ser muy ardiente. Seguir leyendo

S.A. II

    Bueno, S.A. quería decirte un par de cositas. Hay dos tipos de infieles, los que realmente no se pueden controlar y se meten en unos problemas muy gordos, justo los que más daño hacen, y los que valoran tanto su fidelidad que no la regalan porque sí, hay que currársela. Ya sabes quién es de la primera opción y yo soy de los segundos.

    Porque, querido mío, yo no engaño, ni manipulo, ni miento… Al menos normalmente. Así que la próxima vez que utilices esa excusa conmigo te haré algo muy perverso y lascivo, algo que de lo mucho que te sorprenderá, no sabrás que hacer. Je, je, je, je, je, je, je… Aunque luego me cortes lo que utilice… Seguir leyendo

S.A. I

    Entre el grupo de amistades que me estoy encontrando en este momento de la vida, hoy me gustaría hablaros de uno en particular. Se llama S.A. Es un chavalote grande y fornido. Con un corazón como una catedral y la mala costumbre de meterse conmigo, je, je, je, je… Él sabe que puede. Reconozco que hace poco lo pasó muy mal y hubo un tiempo, como de diez minutos, en que me hubiese encantado degollarlo, eliminarlo, machacarlo y terminar con su sufrimiento. Como comprenderéis, ese no ha sido el resultado.

    En otras ocasiones me encanta abrazarlo aunque me gruña porque hace calor y estamos sudando. Por una parte, noto un placer sincero de amigo cariñoso que de vez en cuando se deja llevar, otras veces disfruto por el hecho de fastidiarlo, je, je, je, je… Yo sé que puedo. Pero últimamente me está demostrando cosas muy agradables. Seguir leyendo