El resultado de aquella sesión de fotos fue algo que, hasta hoy, sigo disfrutando en la intimidad de mi dormitorio. Su virilidad tan contundentemente dura y vivaz sigue haciendo que me estremezca.
Durias estaba muy nervioso con la sucesión de acontecimientos del día, yo reconozco que flipaba un poco con la situación. No era mi primera experiencia sexual y lo notaba todo un poco tenso.
Dos chavales en un sitio abierto a miradas indiscretas, un par de erecciones independientes y con las hormonas a mil, decidiendo la mejor postura para un cuerpo muy bien desarrollado. Seguir leyendo